El próximo 31 de marzo finaliza la Consulta Pública de la Contribución Nacional Tentativa (INDC), referida a las obligaciones vinculantes de reducción de emisiones que definirá cada país con miras a la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) de la CMNUCC, a realizarse en diciembre de 2015, en París, Francia.
Esta consulta tiene como objetivo principal recibir insumos y observaciones de los diversos sectores y actores del quehacer nacional (público, sociedad civil, academia, sector privado, pueblos originarios, entre otros), con el fin de complementar la Propuesta de Contribución Nacional que Chile presentará a la Secretaría de la Convención sobre Cambio Climático.
Destacando que Chile es el único país que realiza un acción de esta naturaleza, lo que pone de manifiesto el compromiso con la participación ciudadana y el acceso público a la información, el subsecretario del Medioambiente, Marcelo Mena, comenta los principales alcances de la consulta pública que alimentará la propuesta que se presentará ante las Naciones Unidas.
“Este proceso habla bien de Chile, como un país articulador del principio 10 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible ‘Rio+20’, donde la equidad ambiental y la transparencia son valores fundamentales, que en nuestro país, además, se establecieron hace más de 22 años cuando se publicó la Ley Base de Medioambiente. La consulta es la continuación de un espíritu de participación que está en el origen de la institucionalidad ambiental”, sostiene el subsecretario.
¿Por qué es paradigmático el hecho de que se pregunte a la ciudadanía para elaborar esta propuesta?
La ciudadanía es fundamental porque necesitamos que todo el país se sume al importante desafío de enfrentar el cambio climático y dejar un futuro más seguro para las próximas generaciones. Este proceso requiere validación por su parte y hay muchas medidas que vendrán desde las bases.
También en los distintos sectores productivos debemos estar validados: muchos ya han incorporado el cambio climático a su quehacer y el diálogo se hace fructífero en cuanto estemos convencidos de que lo que vamos construyendo esté validado.
MAPS Chile es un claro ejemplo de un proceso validado y hoy tenemos que ampliarlo a toda la sociedad civil.
¿Quiénes pueden o están invitados a participar de la consulta?
Se trata de un proceso amplio, nacional y con un foco regional, donde se han desarrollado actividades específicas. También tendremos algunas sesiones con grupos de interés como empresarios, organizaciones y ONGs, quienes aportan desde su perspectiva.
Cada persona puede participar desde http://publico.mma.gob.cl/cpcontribucion/, donde se tratan materias como mitigación, contribución, adaptación y tecnologías, entre otras.
¿Cómo se ha desarrollado el proceso de consulta pública?
La propuesta de Chile ha sido percibida como razonable y bien construida, pasando de lo macro a lo que compete a las personas en su diario vivir: el avizorar cómo se expresará la contribución en la ciudadanía.
Ha sido interesante interactuar con los distintos matices que cada región tiene. Por ejemplo, en la Región Metropolitana el cambio climático tiene relación con temas más urbanos, en el Biobío con el sector forestal y en Magallanes aparece el interés por la Antártica y los glaciares.
Hay un consenso de la ciudadanía respecto de que el fenómeno del cambio climático es real y va a afectarnos. Se ha producido un debate interesante, algunas posturas expresan que deberíamos reducir nuestras emisiones completamente, en forma neta, de acuerdo con lo requerido por la ciencia; pero tenemos claridad en que bajas emisiones y pobreza no es aceptable: tenemos que trabajar por lograr una buena calidad de vida que permita una mejor adaptación al cambio climático.
¿Cuál es el balance que se hace de este proceso?
La consulta ha generado un interés transversal y creciente. Se han cumplido las expectativas y estamos también entusiasmados con el trabajo sectorial, donde se desarrollarán diálogos más técnicos y específicos sobre la factibilidad de implementar las distintas medidas.
Hemos enfrentado con claridad las voces que hablaban de una posición innecesaria e incompatible con el desarrollo, demostrando a través de las cifras que se construyeron con MAPS Chile que se trata de una perspectiva responsable y que nuestros escenarios de contribución nacional son más rentables y generan más empleo que el quedarse sin hacer nada.
Como país, nos queda espacio para crecer en emisiones y nuestra posición tiene que ver con buscar incansablemente el equilibrio entre la reducción de emisiones y la reducción de la pobreza.