Luego de la presentación de resultados de la Fase 2, se vienen grandes desafíos para MAPS Chile para este y el próximo año. Por una parte, se proyecta la evaluación de co-impactos de las principales medidas de mitigación evaluadas en la Fase 2, junto con la construcción de una visión compartida al 2050 de un Chile bajo en carbono como corolario del proyecto.

Según comenta la Dra. Anahí Urquiza, académica de la Universidad de Chile y una de las encargadas de llevar adelante el análisis de co-impactos y Visión 2050, ambas líneas de trabajo avanzarán en forma paralela.

“En co-impactos nos concentraremos en la elección de medidas clave para el desarrollo de Fase 2, que serán evaluadas en cuatro dimensiones (ambiental, sociocultural, socioeconómica e institucional), para luego ponderar sus principales co-impactos de forma integral”, dice.

En tanto, Visión 2050 permitirá identificar estrategias y medidas innovadoras y ambiciosas para avanzar hacia un desarrollo bajo en carbono en nuestro país.

“Para Visión 2050 trabajaremos primero en la construcción de un relato, una mirada del futuro que queremos para nuestro país, considerando como meta un desarrollo neutro en carbono para la segunda mitad del siglo XXI. Posteriormente, se trabajará de forma sectorial, para identificar posibles estrategias y medidas que nos permitan alcanzar ese futuro imaginado”, añade el Dr. Francisco Molina, académico de la Universidad Diego Portales y también a cargo de esta etapa del proyecto.

Proceso innovador

La nueva fase de MAPS involucra la gran tarea de conjugar un pensamiento creativo con evaluación cualitativa, a partir de la participación de diferentes sectores de la sociedad junto con el aporte del conocimiento experto.

Se continuará trabajando con el equipo de Fase 2, respetando el desarrollo participativo, con el Grupo de Construcción de Escenarios (GCE) como protagonista. Además, la estructura de trabajo se complementará con paneles de expertos para abordar en forma cualitativa las evaluaciones necesarias, identificar los co-impactos de las medidas de mitigación y nuevas estrategias para Visión 2050.

“Abordar ambos aspectos en sólo un año, será un gran desafío” comenta Anahí Urquiza. No sólo deben rearticularse los complejos procesos de participación y evaluación técnica, si no que se deberá complementar el GCE -favoreciendo la diversidad en el proceso- e incorporar metodologías cualitativas, aspecto menos explorado en el proyecto MAPS Chile.

“Debido al gran desafío que implica y los plazos acotados con los que contamos, consideramos tanto la evaluación de co-impactos como el trabajo de Visión 2050 como experiencias piloto, las que nos permitirán complementar el trabajo de Fase 2 y, a la vez, generar reflexión en torno a este tipo de iniciativas, lo que sin duda servirá para futuros proyecto”, concluye.